jueves, 1 de junio de 2017

El coraje y hábito necesario para invertir.

El coraje y el hábito necesario para invertir.


      Llamamos invertir a la acción de colocar tu dinero en manos de una entidad gestinada por personas que creemos capacitadas para ello. Para llevar a cabo esta acción hace falta un mínimo de confianza en las personas que gestionarán nuestro dinero. Muchas veces, invertimos sin tener claro quien gestionará nuestro dinero, bien por un rumos, por el comentario de alguien conocido, por intuición o por un ataque de locura. Conocer quien gestionará nuestro dinero, bien sea una persona o un equipo profesionalizado, es clave para que nuestro coraje al invertir se vea acompañado de confianza, lo cual, reducirá considerablemente nuestro miedo a invertir.

Teniendo en cuenta lo anterior, quiero centrarme en la primera vez que elegimos un producto con niveles de alto riesgo para invertir. Ese momento es un punto de inflexión. Desde ese momento nos volvemos más atrevidos, hemos puesto nuestro dinero a expensas del mercado y a la voluntad de quien lo gestiona. Hemos superado la barrera psicológica de tirarnos a la piscina invirtiendo en un producto que puede darnos grandes beneficios. Es ahora cuando estamos dentro del mercado.

Nuestro pulso de acelera y nos encontramos en un estado de hipervigilancia abriendo a todas horas nuestro ordenador para ver si nuestro dinero ha dado sus frutos. Pero es aquí donde está el error. Cuando contratamos una compra de acciones, un fondo de inversión o cualquier otro producto con altos niveles de riesgo debemos de tener claras ciertas pautas de comportamiento, lo que llamaremos, nuestros hábitos de inversor:

1.- Lo primero de todo es tener clara nuestra estrategia. Definir si es una inversión a corto plazo o a largo plazo.
2.- Si es una inversión a largo plazo debemos de evitar mirar nuestras cuentas a todas horas y marcarnos un día al mes para mirarlo. Por ejemplo, puede ser el día en que cobramos nuestra nómina, o durante esos días, para estudiar la reestructuración de la cartera, puesto que, tenemos más dinero para seguir invirtiendo.
3.- Marcarnos una cantidad de dinero a invertir mensualmente. Este es un hábito muy saludable que nos lleva a ahorrar y tener la costumbre de usas productos de riesgo diversificados para realizar inversiones.
4.-  El control mental es muy importante y para que empieces a tranquilizarte te diré que no hay nada tan rentable como la renta variable a largo plazo para conseguir rentabilidades espectaculares. Invierte sin miedo en renta variable y deja que pase el tiempo realizando actividades que te gustan.
5.- Aprovecha las caídas del mercado para tomar nuevas posiciones. Es en los momentos más difíciles dondo tu coraje tiene que estar al 100%. Cuando parece que el mundo se viene a bajo aparecen las grandes oportunidades de la inversión en renta variable.
6.- Utiliza el dinero que realmente no necesites. Es mejor invertir 100 € al mes que realmente no vayas a necesitar, en vez de, 500 €  que puedan hacerte falta al día siguiente. Sacar dinero de tus inversiones es demoledor porque le quita fundamento a la estrategia y aumenta tu ansiedad y estres al estar pendiente de un dinero que no te puedes permitir perder.

Si sigues estos consejos, fáciles de entender, difíciles de realizar, tienes el 60% de posibilidades de ganar buenas rentabilidades a largo plazo. Tendrás una estrategia ganadora. Sólo necesitas tiempo y en una media de 6 a 8 años podrás ver una rentabilidad muy suculenta. Quizá pienses que es mucho tiempo, pero, así es como se consigue ser un gran inversor.


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